Aloyma Ravelo | Revista Mujeres | 6-12-2009 a las 3:34 | 257 lecturas
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Julio César es un hombre cautivador. Una se prenda de cada palabra que dice, no tanto por la belleza o la poesía que anida en su discurso, sino por la fuerza con que expresa cada argumento. En el fondo de su mirada, se puede ver que en él habita un líder que se afana y dedica con la mayor fe, a la necesidad de cambios culturales, de comportamientos y estereotipos, de esencia y presencia… Construir mejores seres humanos, desde una perspectiva relacional, no solo entre los géneros, sino cada quien consigo mismo.
Como historiador, profesor de la Universidad de La Habana y coordinador de la Red Iberoamericana de Masculinidades, ha escrito innumerables artículos polémicos, reflexivos y analíticos tales como “Feminismo y Masculinidad: ¿mujeres contra hombres?” Otro muy interesante que recuerdo,“Género y masculinidad en Cuba: ¿el otro lado de una historia?” Sus libros también tienen esa impronta de promover debate, asombro y algo más, como “Por andar vestida de hombre.”
El profesor Pagés, me es una persona muy cercana, a quien admiro por su dedicación al trabajo y a lo que tanto cree. Es indicado para entrevistar un día como hoy, que el mundo entero intenta hacer un llamado al cese de tanta violencia contra las mujeres.
El cuestionario comienza: ¿En qué espacios y niveles hay que actuar para que no se produzca la violencia contra las mujeres? ¿Es tarea principalísima sólo de mujeres? ¿Un problema social? ¿Cómo involucrar a la otra mitad, los hombres?
De esto y más habló el profesor, quien vive convencido que cualquier compromiso social, de lucha por lograruna humanidadcon más equidad de género, tiene que pasar primeramente por la decisión y responsabilidad individual.
“Revisar todos los códigos personales para evitar transmitirviolencia de cualquier tipo. Nadie se puede sentirexento a este análisis constante en la vida cotidiana. Muchas veces vemos la paja en el ojo ajeno. Yome autoanalizo todos los días, en cuanto a mi comportamiento,que no sea hegemónico mi trato, mi manera de expresarme. Trabajo con un equipo muy joven y todo el tiempo insisto en que no sea violento, porque a veces las hegemonías son violentas”.
“Abogo por una no violencia en general, hacia determinados grupos de edades, hacia las personas diferentes. Un día como hoy es importante combatir todas las violencias, y no buscar culpables. Yo intento transmitir paz a las personas que me rodean y esto se revierte”.
Hombre a todo…
En uno de sus artículos, escribió el doctor González Pagés que “el machismo es el término con el que se acuña la hiperbolización de la masculinidad y pone al macho, entiéndase al hombre, como centro del universo. Utilizado muchas veces en contraposición al feminismo, este conjunto de ideas socio-ideológico-culturales, se ha encargado de preservar la hegemonía masculina como centro del poder”.
Manifiesta que el machismo ha sido validado en Cuba como una forma de la cultura, y todo el mundo sabe lo complejo y difícil que es desterrar modelos. Por eso, propone, hay que militar más, los medios de comunicación deben meterse más en este problema.No se trata de días ni campañas. Combatir la violenciadonde surja, en la calle, en cualquier espacio.
“No puedo sentir pena de llamarle la atención a alguien por su conducta violenta o permitir que se excluya a quienes viven con otras capacidades físicas. No es para nada saludable y dignificador consentir la burla, el choteo. Somos a veces permisibles, y apenas si nos damos cuenta”.
El profesor Julio Cesar insiste en el tema de los muy variados espacios donde se ejerce violencia contra las mujeres, argumentando que “muchas veces se repiten estribillosde canciones que son muy agresivas, que incitan por ejemplo a una sexualidad casi pornográfica, que no es sexualidad, ni eros ni emoción, sino consumo sexual. Una sexualidad en la que no hay placeres, porque descubrir siempre tiene un encanto, tanto como el deseo de conquista, de seducción. No es mi intención hacer discursos de moralidad, pero no podemos perder el aroma del disfrute de todo lo que es disfrutable, de manera adecuada, por supuesto.
“Eso también es cultura de paz, cuando logramos ser diversos en el mismo espacio. La incitación al debate, no es incitación a la agresión. Se puede pensar diferente, pero no hay por qué censurar menospreciar, atropellar a nadie”.
Mi entrevistado tiene un sentido muy preciso del magisterio: “Yo no puedo cambiar la sociedad cubana pero puedo cambiar a las personas que me rodean, y como profesor sé que tengo un reto, soy un líder de opinión, y sé que estoy influyendo en un sector importante, que son los estudiantes. Esto es un compromiso con el país en que uno vive, con la sociedad que te toca vivir. Para mí,es una norma de ser revolucionario. Ser revolucionario no es solamente el que lo dice, es evitar también que la violencia se extienda, no llegue a las calles. Yo aspiro a seguir caminando por mi ciudad sin miedo, y ese llamado además es para los hombres, quienes tienen que formar parte de estas celebraciones y reflexiones que hacemos en una jornada como la de hoy. Hablar de un mundo de equidad, un mundo contra la violencia, eso también nos incluye a nosotros”.
No busca Julio Cesar una aguja en un pajar.
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