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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Pague una multa de 1.000 o bien saque una carta de suerte


Víctor J. Sanz
htp://impresionesmias.com / Rebelión
En 1.935, y basado en un juego anterior fechado en 1903, nació el Monopoly. Un desempleado, víctima de la Gran Depresión, llamado Charles Darrow, dedicando lo único que le había quedado tras la crisis capitalista de 1929, es decir 24 horas de tiempo libre al día, supo poner en un tablero la mecánica caníbal del capitalismo.

Según el propio fabricante, el juego tiene como objetivo “convertirse en el jugador más rico”, resumen como pocos del espíritu capitalista. En el papel de banquero, las instrucciones recomiendan situar: “a un jugador capaz de mantener sus fondos personales aparte de los fondos del banco”, en la realidad los bancos no siempre son capaces de mantener sus fondos (o sus intereses particulares) alejados de los fondos de los demás jugadores, es decir, los clientes. Es más, no son capaces de mantener alejadas de esos fondos sus manos, como hemos visto recientemente en el caso del “rescate” irlandés. Y es que para ser banquero hay que estar hecho de una pasta especial, de una pasta especialmente insensible, cruel e inhumana.

Sobre el “banco” como entidad, dice el fabricante “El Banco no se arruina nunca. Si se queda sin dinero puede emitir toda la moneda propia que necesite, con solo escribirla sobre cualquier papel corriente”. Es tan deliciosamente real que cuesta creer que se trata de las instrucciones de un juego de tablero y no de la carta fundacional del FMI.

En el juego, el banco realiza el papel de cobrador y pagador de todo el tráfico de dinero que no se produzca entre jugadores, es decir, como en la vida real, pero omitiendo los pasos intermedios de empresas, haciendas, gobiernos y bancos menores, esto es, las presas preferidas de los grandes bancos. Hay una particularidad que le da ese toque especial de crudeza real al juego, cuando un jugador está al borde de la ruina y se ve obligado a venderle al banco una de sus propiedades, el banco solo le pagará el 50% de su valor. ¿Les suena?, según un artículo publicado en Zonaeuribor.com, los bancos expropian la vivienda a sus acreedores, por el 50% de la tasación de la hipoteca, mientras que el resto se le sigue reclamando al deudor. En España, una media de 110 familias pierden diariamente su vivienda por impago de la cuota hipotecaria.

Otro detalle del surrealismo capitalista lo podemos encontrar en el apartado “Hipotecas” de las instrucciones del Monopoly, dice así: “para levantar la hipoteca [de una propiedad hipotecada], el propietario tiene que pagarle al Banco la cantidad de la hipoteca más un 10% de interés”. Dicho así, de sopetón, es casi preferible un rescate del FMI, ya que aún andan por el 5% y solo a cambio de hipotecar el bienestar de un país entero.

El manual del juego acaba con un enfático “¡El jugador más rico gana!”, o lo que viene a ser lo mismo, en el capitalismo todos pierden menos uno.

La wikipedia, ofrece una “posible” interpretación del juego, según la cuál, éste vendría a ser una escenificación del mundo capitalista, con sus “atractivos” de acumulación de riqueza, competitividad y selección de los mejores para obtener los lugares de privilegio en la sociedad. Añade que “para acumular riqueza es necesario competir y ganarle a los demás, aunque esta ganancia genere pobreza o riesgo de vida en los otros, que son considerados contrincantes”. Si cambiamos la palabra contrincante por la expresión “seres humanos” entenderemos un poco mejor la lamentable situación a que ha conducido el capitalismo. Los ricos han estado jugando al Monopoly con los países más pobres (y no tan pobres) durante siglos, siendo las colonias, las calles y propiedades del cruel tablero. Aún cuando está claro quien ha ganado la partida, los ricos quieren seguir jugando con los pobres, en el más amplio sentido de la expresión. Quieren seguir prestándoles dinero para que se les deban más intereses, quieren tener en su poder hasta la última moneda de nuestras huchas.

Puede que solo sean impresiones mías pero creo que la única diferencia entre el Monopoly y el Capitalismo real, es que en la vida real los países pobres no se pueden levantar de la mesa y dejar al codicioso que se quede con todas las propiedades si tanto le place. En la vida real, la partida de Monopoly del Capitalismo, no se acaba hasta el último aliento de vida de los perdedores. Cuando se juega al Monopoly con los ricos, los países pobres pagan la multa de 1.000 y además sacan una carta de suerte, de mala suerte.

Recomiendo como alternativa la versión cubana, rebautizada muy acertadamente como “Deuda Eterna”, en la que los jugadores (países que juegan contra la banca, el FMI), practican la solidaridad entre ellos y tienen derecho a hacer huelgas y protestas para oponerse a las abusivas medidas del FMI.

* Ilustración: La versión cubana del Monopoly incluye términos incompatibles con el Capitalismo, como por ejemplo "solidaridad"

Iraq no es país para mujeres

Según un nuevo informe de la Unidad de Análisis e Información entre Agencias de la ONU, la mejora de la repesentación política de las mujeres iraquíes contrasta fuertemente con su pérdida de poder, como pone de relieve la persistencia de la violencia doméstica y de los matrimonios tempranos.


Las mujeres pueden tener el 25% de los escaños del Parlamento iraquí, pero una de cada cinco mujeres entre 15 y 49 años ha padecido violencia física a manos de sus maridos. Los casos de los que se tiene conocimiento parecen indicar que “muchas mujeres está siendo secuestradas y vendidas para la prostitución” y que la mutilación genital sigue siendo común en el norte, según señala el informe.

“La situación a la que se enfrentan las mujeres y las jóvenes iraquíes está más allá de lo que se pueda expresar con palabras”, dijo a IRIN la periodista iraquí Eman Khammas en una entrevista telefónica. “Antes, yo era periodistas, una profesional; ahora no soy nada”.

Eman Khammas señaló un clima subyacente de intolerancia que se ha hecho cada vez más pernicioso para las mujeres. Se vio obligada a huir de Iraq tras recibir amenazas de muerte que, al igual que a miles de otras mujeres iraquíes, en efecto, hicieron que dejara de trabajar. Actualmente vive en Cataluña.

Quedarse en casa

La participación de la mujer en el mercado laboral ha caído en picado desde 2003. Antes de la invasión el 40% de los trabajadores del sector público eran mujeres, según un informe del BRussels Tribunal, una organización en contra de la guerra. En algunos sectores, como en el de la enseñanza, practicamente todo el personal eran mujeres, afirmó Eman Khammas.

Citó las “nuevas ideas fundamentalistas”, que emergieron después de la invasión de Iraq en 2003 y que fueron impuestas agresivamente por las milicias, grupos armados privados que afirmaban respetar la ley religiosa.

El colapso de los servicios públicos también ha limitado el acceso a la educación, a la sanidad y al trabajo, mientras que un alto nivel de inseguridad ha obligado a las mujeres a salir de la vida pública y las ha llevado a recluirse en sus casas, además de que un sistema judicial ineficaz ha creado una atmósfera de impunidad, señaló Eman Khammas.

Según un informe de la red internacional de recursos de mujeres, MADRE, las actitudes conservadoras de los altos cargos del sector público se han visto reforzadas por un gobierno que apoya mantener a las mujeres en casa.

“En 2006 el ministerio del Interior iraquí publicó una serie de noticias advirtiendo a las mujeres de que no salieran de sus casas solas y haciéndose eco de las directrices de los dirigentes religiosos que urgía a los hombres a imperdir que las mujeres de la familia trabajaran”, señalaba el informe.

“Así, la violencia que llevan a cabo las milicias en las calles es respaldada por los más respetables dirigentes políticios que apoyan el llamamiento a una esfera pública sin mujeres”.

El vertiginoso aumento de la pobreza ha empujado a las falimias iraquíes a priorizar la escolarizacion de los niños, lo que acaba con las futuras oportunidades para las mujeres.

“Por cada cien niños matriculados en las escuelas primarias de Iraq, hay menos de 89 niñas”, señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en un informe publicado en septiembre de 2010. Las cifras de matricula de las niñas han ido descendiendo progresivamente, mientras que las cifras de abandono de los estudios han ido aumentando cada año académico.

Salir de Iraq

Los factores que empujan a las niñas fuera de la escuela incluyen “la falta de seguridad, las actitudes de las niñas hacia la educación, el estado en el que están las escuelas de la nación, lo que se enseña y cómo se enseña, la capacidad y la actitud de los profesores, la pobreza de la familia”, indica UNICEF.

Como Eman Khammas, muchas otras mujeres han decidido abandonar Iraq, pero el asilo no acaba necesariamente con sus dificultades. La vecina Siria acoge a la mayoría de lo que la Agencia de los Refugiados de la ONU (UNHCR) considera “personas iraquíes motivo de presocupación”, personas que han huido de su país ya que temían por su seguridad, pero que no se adecúan a la definición legal de “refugiado”.

De las 139.000 personas iraquíes motivo de preocupación registradas en Siria, el 28% son familias cuya cabeza de familia es una mujer, señaló en una entrevista por correo electrónico el Agente de Protección de la UNHCR en Siria, Aseer Al-Madaien.

Muchas de estas personas no tienen permiso de trabajo, lo que agrava las dificultades a las que se enfrentan las familias cuya cabeza de familia es una mujer en los países vecinos [a Iraq], donde luchan para ganarse la vida, “especialmente para pagar el alquiler”, mientras siguen “haciendo frente a las presiones familiares, sociales y de la comunidad”, comentaba al-Madaien.

Su vulnerabilidad puede llevar a la explotación. “Existe tráfico [de personas] entre los refugiados iraquíes, [pero] todavía desconocemos su alcance y modalidades”, afirmó al-Madaien.

Según el informe de la Unidad de Análisis e Información entre Agencias de la ONU, “se trafica con las víctimas internamente y con los países vecinos, incluyendo Siria y los Estados del Golfo”.