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lunes, 14 de noviembre de 2011

EPPK-ko preso batzuk askatasun eskaerak aurkezten hasiko dira


Gaixo daudenak, baldintzapean aske behar luketenak eta bizi guztiko zigorra dutenak aske uzteko eskatzea erabaki du EPPK-k

Ezinbestekotzat jo dute, «estatus politikoa aitortuta», gainerakoak Euskal Herrian batzea

Unos apuntes sobre los sondeos electorales en el País Vasco y Navarra

Jesús Mª Montero Barrado
Rebelión

Las campañas electorales no se improvisan, de manera que los grandes partidos utilizan empresas y personal especializado que les asesoran hasta en el mínimo detalle. La publicidad en general, los mítines, las intervenciones en los medios de comunicación, los debates sensu propio y hasta las encuestas, que no escapan a ello, son los ámbitos de actuación preferente.

Las encuestas electorales son muy puñeteras, dicho crudamente. Las hacen organismos oficiales dependientes de los gobiernos (en España, el CIS, el Euskobarómetro…) y las encargan los partidos o los grupos de comunicación privados. En buena parte de los casos, si no en la mayoría, son parte de las estrategias electorales, donde la mercadotecnia resulta básica. Estos días, como en cada convocatoria electoral, van saliendo a la luz los resultados. Me voy a centrar en el País Vasco y Navarra, es decir, lo que en el mundo nacionalista se denomina Euskadi, en el caso sobre todo del entorno del PNV, o Ego Euskal Herria (Euskal Herria Sur), en el del entorno de la izquierda abertzale.

Estoy siguiendo con atención el tratamiento por la prensa de la campaña electoral y las previsiones de cara al 20 de noviembre, y, por supuesto, los sondeos electorales que se están publicando. ¿Y qué nos dicen? Veámoslo, desglosados los datos por territorios, sondeo, partido y número de escaños:
Para ver datos clikar aquí.

Italia también tiene que hacer autocrítica

Era noche cerrada en Roma cuando Silvio Berlusconi hacía oficial su dimisión el sábado, en una decisión que fue acogida con alborozo por las miles de personas que aguardaban en las calles de la capital italiana. Probablemente, hace apenas unas semanas el empresario reconvertido a político no esperaba cerrar así su etapa al frente del Gobierno, ni que una mayoría abrumadora de sus conciudadanos se felicitara por su despedida. Pero lo cierto es que estos días no es fácil encontrar a nadie que defienda la gestión de un mandatario que ha agotado la paciencia incluso de sus aliados, los mismos que le auparon al poder.

Berlusconi dijo ayer que se siente orgulloso de todo lo que ha hecho, y anunció que seguirá en política, pero las críticas a su gestión son generalizadas. Sin embargo, la misma sociedad que ahora no ahorra en descalificaciones contra su ex primer ministro debería hacer también un ejercicio de autocrítica, porque tiene buena parte de responsabilidad en la situación en la que hoy se encuentra ese país. Y es que no se debe olvidar que el cambio de Gobierno se ha producido a causa de presiones exteriores, por la falta de crédito de los mercados a un gabinete en el que ya no confiaban, y no de la mano de los ciudadanos y ciudadanas de Italia. Al contrario, a pesar de los escándalos que han acompañado a Berlusconi en toda su trayectoria, y de que en buena parte del cuerpo social el hastío era patente, el milanés ha gobernado en nueve de los últimos diecisiete años y ha estado al frente del país más tiempo que ningún otro político desde la Segunda Guerra Mundial. Sólo una situación económica insostenible y la presión exterior han logrado echarlo, lo que debería ser motivo de reflexión para toda Italia.

Esa reflexión debería ser profunda entre las fuerzas de izquierda, porque Berlusconi se marcha pero el escenario dista mucho de ser el que desearían. El mando lo asumirá ahora el senador vitalicio Mario Monti, cuyo cometido será aplicar las recetas impuestas por la UE y el FMI. La izquierda italiana debe trabajar para ser una alternativa que todavía no acaba de emerger.