En la masa de informaciones que circula sobre la crisis del euro, no es fácil detectar los fenómenos de fondo que se están produciendo. Por eso, es importante tomar un poco de distancia, situar esta crisis en el curso de los acontecimientos de los últimos 20 años después del derrumbe de la Unión Soviética y proyectar una mirada geopolítica a mediano y largo plazo. La crisis griega confirmó, si fuera necesario, que Europa como unión política ya no existe. En las ultimas semanas, la Unión Europea (UE) reveló al resto del mundo su extrema debilidad. El euro no resistió a las ofensivas de todo tipo que sufrió en los últimos meses, a pesar de ser la moneda de una de las regiones mas ricas e industrializadas del mundo. A la primera gran crisis financiera mundial de la era de la globalización, saltó a la vista que la moneda europea no podía aguantar las turbulencias del mercado y los ataques especulativos, sencillamente porque no tenía el respaldo de una sistema político sólido y coherente. Los ideólogos ultraliberales que inventaron la moneda europea decidieron aplicar con rigor el principio de laisser-faire, prohibiendo a los gobiernos intervenir en las políticas del Banco Central Europeo (BCE). Los gobiernos de la zona euro se automutilaron cuando aceptaron el dogma de la independencia del BCE, renunciando a cualquier posibilidad de someter las políticas financieras a condiciones políticas. Después de mucha discusiones presentaron como un gran avance la decisión de constituir un fondo de rescate de 440 mil millones de euros. Y ningún gobierno, viendo el desastre social que producen los planes de ajuste impuestos por el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), quiso oponer políticas a contracorriente de la Doxa ultraliberal.
Para leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario