Se ha sabido que, a lo largo del año 2008, en el momento culminante de la crisis crediticia del Reino Unido, los proyectos PFI como son los nuevos hospitales, costaron al contribuyente 1 billón de libras (1.2 billones de euros o 1.6 billones de dólares) adicional.
De acuerdo con un informe publicado por el Comité Parlamentario de Cuentas Públicas, los proyectos PFI, que consisten en que empresas privadas construyen los hospitales y el Servicio Nacional de Salud (National Health Service) les reintegra la inversión, habitualmente en un plazo de 30 años, resultaron aún más caros durante 2008, cuando el país se enfrentaba a problemas financieros.
Según el informe titulado “Financiación de proyectos PFI durante la crisis crediticia y la actuación de la Secretaría de Hacienda”, la crisis del 2008 tuvo una gran repercusión en el programa de infraestructuras públicas del gobierno puesto que las restricciones al crédito no permitían suscribir proyectos PFI de cuantías elevadas. Esto comprometió la viabilidad de 113 proyectos que, en conjunto, suponían 13 billones de libras.
La actitud de Hacienda fue facilitar la financiación de las PFI prestando dinero público en condiciones similares a las que establecen los bancos, con objeto de que los proyectos saliesen adelante y constituyesen un estímulo para la economía del país. El Tesoro puso en marcha su propia unidad financiera en marzo de 2009.
El informe del Comité Parlamentario de Cuentas Públicas considera que la mencionada institución debería haber presionado a los bancos rescatados por el Estado para que redujesen los intereses que le cobraban o le concediesen nuevos préstamos.
En conjunto, los costos financieros se incrementaron en un 20-33% respecto a los previos a la crisis. Como consecuencia, el precio a pagar por los 35 proyectos financiados durante el año 2009 se incrementó en 1 billón de libras sin que Hacienda exigiera informes que demostraran que seguían siendo rentables.
Margaret Hodge, parlamentaria laborista del distrito de Barking y presidenta del Comité de Cuentas Publicas, afirmó que, mientras los contribuyentes sostenían el sistema bancario, las entidades incrementaban los costes financieros de las PFI en un 30% y transferían los riesgos al sector público; el contribuyente pagó alrededor de un billón de libras más por los proyectos PFI financiados durante ese período. Reconoció que la creación de la unidad crediticia de Hacienda para suplir la iniciativa privada ayudó a recuperar la confianza de los mercados. Sin embargo, dicha institución debería haber buscado alternativas a la financiación bancaria, como podría ser la procedente de los seguros de vida y los fondos de pensiones o del Banco Europeo de Inversiones.
Según Hodge, cuando se refinancien los proyectos firmados en 2009, Hacienda debería intentar reducir los costes financieros. De acuerdo con el informe del Comité Parlamentario de Cuentas Públicas, el Estado podría recuperar hasta 400 millones de libras mediante la refinanciación de los proyectos firmados en el año 2009.