En el número 68 del Boletín Oficial del gobierno franquista se publicó una orden del 7 de marzo de 1940 que decía: 'Considerando la conveniencia de que el horario nacional esté de acuerdo con el de algunos otros países europeos, y las ventajas de toda tipo que el adelanto temporal de la hora comportará, dispongo que el sábado, 16 de marzo, a las veinte y tres horas, avance la hora legal en sesenta minutos.
(...) Oportunamente se indicará la fecha del restablecimiento de la hora normal.
La orden hizo que la España franquista pasara a homologarse voluntariamente a la hora central europea o CET (el huso horario que una hora adelante respecto del tiempo universal coordinado o UTC), la que la Alemania nazi había impuesto a todos los territorios ocupados con horario diferente: Bélgica, Francia, Luxemburgo, los Países Bajos y Polonia.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, todos estos estados mantuvieron el horario centroeuropeo e incluso se sumaron Andorra, Gibraltar y Mònegue.
Con todo, el mantenimiento del CET en España hasta la actualidad, setenta y un año después, es lo que causa más extrañeza.
De entrada, porque España no estaba obligada a adoptar el CET y lo hizo por motivos de afinidad ideológica con el régimen nazi. Asimismo, porque la orden de 1940 era explícitamente temporal y dejaba la puerta abierta a volver a 'el horario normal'. Y, sobre todo, porque la adopción de la también llamada hora de Berlín era totalmente irregular aplicando criterios geográficos.
El 1884, vint-i-set països van signar a Washington (EUA) un acord internacional en la Conferència del Meridià , en què es va dividir el món en vint-i-quatre fusos adoptant com a referent el meridià de Greenwich.
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www.vilaweb.cat artículo
(...) Oportunamente se indicará la fecha del restablecimiento de la hora normal.
La orden hizo que la España franquista pasara a homologarse voluntariamente a la hora central europea o CET (el huso horario que una hora adelante respecto del tiempo universal coordinado o UTC), la que la Alemania nazi había impuesto a todos los territorios ocupados con horario diferente: Bélgica, Francia, Luxemburgo, los Países Bajos y Polonia.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, todos estos estados mantuvieron el horario centroeuropeo e incluso se sumaron Andorra, Gibraltar y Mònegue.
Con todo, el mantenimiento del CET en España hasta la actualidad, setenta y un año después, es lo que causa más extrañeza.
De entrada, porque España no estaba obligada a adoptar el CET y lo hizo por motivos de afinidad ideológica con el régimen nazi. Asimismo, porque la orden de 1940 era explícitamente temporal y dejaba la puerta abierta a volver a 'el horario normal'. Y, sobre todo, porque la adopción de la también llamada hora de Berlín era totalmente irregular aplicando criterios geográficos.
El 1884, vint-i-set països van signar a Washington (EUA) un acord internacional en la Conferència del Meridià , en què es va dividir el món en vint-i-quatre fusos adoptant com a referent el meridià de Greenwich.
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