Ayer el ex-primer ministro de Islandia, Geir Haarde, se sentó en el banquillo para responder de un presunto delito de conducta inadecuada cuando presidía el gobierno islandés. La acusación concreta no tiene que ver con ningún asunto personal de corrupción, sino con su incapacidad de controlar los tres grandes bancos de la isla y de prevenir la grave crisis que la sacudió. Todo un ejemplo para Europa y el mundo.
El caso es complicado porque se piden responsabilidades penales al gobierno por no haber vigilado adecuadamente las actividades de una empresa privada - de tres, en este caso. Nadie se pregunta si el gobierno cometió un delito o no. El debate va más allá: si la negligencia del gobierno puso en riesgo el país permitiendo los excesos del sector financiero. Aunque estos fuesen legales.
Desde que se publicó el impecable investigación de la comisión especial del parlamento, el llamado Libro Negro, resultó evidente que, si bien la crisis bancaria tenía su origen en la codicia de los banqueros, todos entienden que esas practicas bancarias habrían sido imposibles sin la no regulación irresponsable del sector financiero y sin la dejadez, o la complicidad, del gobierno a la hora en controlar las actividades de gran riesgo de los banqueros, a pesar de las indiscutibles y repetidas señales de alarma que les llegaban .
Y es por este error, por dejar de pensar en el bienestar del conjunto de los ciudadanos, que Islandia ha llevado a juicio. La cuestión sometida a juicio es, en definitiva, esta: ¿a quién se debe el poder político?, ¿Cuál debe ser su prioridad: velar por el conjunto de la nación o no? , ¿Es permisible que el poder político esté con los brazos cruzados mientras alguien atenta tan deliberadamente contra el bienestar del conjunto de la sociedad? Y eso es un hito histórico. Envidiable.
PS. Si tiene interés en el Libro Negro, hay traducción inglesa oficial íntegra; también hay catalana , hecha con traductor automático. Y recuerde que los dirigentes de los tres bancos islandeses también están en la cárcel.
fuente . www.vilaweb.cat
artículo
El caso es complicado porque se piden responsabilidades penales al gobierno por no haber vigilado adecuadamente las actividades de una empresa privada - de tres, en este caso. Nadie se pregunta si el gobierno cometió un delito o no. El debate va más allá: si la negligencia del gobierno puso en riesgo el país permitiendo los excesos del sector financiero. Aunque estos fuesen legales.
Desde que se publicó el impecable investigación de la comisión especial del parlamento, el llamado Libro Negro, resultó evidente que, si bien la crisis bancaria tenía su origen en la codicia de los banqueros, todos entienden que esas practicas bancarias habrían sido imposibles sin la no regulación irresponsable del sector financiero y sin la dejadez, o la complicidad, del gobierno a la hora en controlar las actividades de gran riesgo de los banqueros, a pesar de las indiscutibles y repetidas señales de alarma que les llegaban .
Y es por este error, por dejar de pensar en el bienestar del conjunto de los ciudadanos, que Islandia ha llevado a juicio. La cuestión sometida a juicio es, en definitiva, esta: ¿a quién se debe el poder político?, ¿Cuál debe ser su prioridad: velar por el conjunto de la nación o no? , ¿Es permisible que el poder político esté con los brazos cruzados mientras alguien atenta tan deliberadamente contra el bienestar del conjunto de la sociedad? Y eso es un hito histórico. Envidiable.
PS. Si tiene interés en el Libro Negro, hay traducción inglesa oficial íntegra; también hay catalana , hecha con traductor automático. Y recuerde que los dirigentes de los tres bancos islandeses también están en la cárcel.
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