La Sala del 61 del Tribunal Supremo volvió a dar la razón al Gobierno español y prohibió la inscripción de Sortu en el registro de partidos alegando que constituye una sucesión de la ilegalizada Batasuna. Pero en esta ocasión las discrepancias internas se han hecho patentes y se reflejarán en tres votos particulares. La nueva formación de la izquierda abertzale tiene la opción de recurrir al Constitucional, pero es muy difícil que haya una decisión antes de las elecciones.
Editorial Gara
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