Arabia Saudí ofrece la imagen de un país que se califica de ultraconservador, pero las fiestas privadas de las élites opulentas de la ciudad portuaria de Yeddah están acompañadas de drogas, prostitutas y alcohol, según un memorando de Wikileaks publicado el miércoles.
Agencia de Noticias de Ahlul Bait (P) -ABNA- “Detrás de la fachada de conservadurismo wahabí en la calle, la vida nocturna de la élite de Yeddah es palpitante”, indica el memorando estadounidense fechado en noviembre de 2009.
“Toda la gama de tentaciones y vicios está disponible -alcohol, drogas y sexo- pero todo tiene lugar estrictamente a puerta cerrada”.
“Esta libertad es posible porque la policía religiosa saudí evita las fiestas que se realizan en presencia o bajo el alto patrocinazgo de los miembros de la familia real saudí y los círculos que le son próximos,” según el memorando enviado por el Consulado de EEUU en Yeddah.
El documento describe una fiesta de Halloween con 150 invitados, de edades comprendidas entre los 20 y los 30 años, incluyendo miembros del personal del Consulado de EEUU.
“La fiesta recordó cualquier night club fuera de Arabia Saudí: alcohol a raudales, jovenes parejas bailando y todo el mundo disfrazado”.
Un saudí indicó al cónsul norteamericano que los ricos de la ciudad invitan a los príncipes de la familia real a sus fiestas para mantener lejos a la policía religiosa, según el memorando.
“Toda la gama de tentaciones y vicios está disponible -alcohol, drogas y sexo- pero todo tiene lugar estrictamente a puerta cerrada”.
“Esta libertad es posible porque la policía religiosa saudí evita las fiestas que se realizan en presencia o bajo el alto patrocinazgo de los miembros de la familia real saudí y los círculos que le son próximos,” según el memorando enviado por el Consulado de EEUU en Yeddah.
El documento describe una fiesta de Halloween con 150 invitados, de edades comprendidas entre los 20 y los 30 años, incluyendo miembros del personal del Consulado de EEUU.
“La fiesta recordó cualquier night club fuera de Arabia Saudí: alcohol a raudales, jovenes parejas bailando y todo el mundo disfrazado”.
Un saudí indicó al cónsul norteamericano que los ricos de la ciudad invitan a los príncipes de la familia real a sus fiestas para mantener lejos a la policía religiosa, según el memorando.
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